PUNTO CENIT
MAYRA EDITH MARTÍNEZ
La nueva Revolución Pacífica
Viernes 21 de Noviembre de 2025 12:31 pm
LA Revolución Mexicana fue un
momento que marcó la historia de nuestro país como un punto de inicio para
poder alcanzar el sueño de un país más justo, equitativo y soberano. Es por
ello que recordarla no debe limitarse únicamente a un simple acto de memoria
histórica, sino valorarla como un legado que nos motive a seguir luchando por
mantener vivas estas conquistas. ¿Cómo honrar ese legado en el
México actual? La respuesta es clara: debemos mantener vivo el espíritu de las
palabras de Francisco I. Madero: “El poder público no puede tener otro origen
ni otra base que la voluntad nacional”. Es por eso que esta lucha debe
continuar desde la ciudadanía, una revolución pacífica que nos conduzca a la
anhelada paz social y a la recuperación de México, la nueva Revolución. Debemos defender nuestra
democracia, que fue comprada a alto precio por aquellos que nos precedieron,
tal y como lo dijo Octavio Paz: “Las revoluciones del siglo XX fueron y son,
justamente, el semillero de las democracias”. Debemos estar conscientes de
que esta nueva revolución deberá librarse con la participación ciudadana
informada y crítica, en los foros de debate, en las aulas y en los hogares, en
la resistencia civil pacífica, en las urnas. El objetivo central de esta
revolución debe ser el mismo que inspiró a los campesinos de Morelos y a los
ideólogos liberales: la justicia social. La desigualdad y la inseguridad son
las murallas que segregan, que niegan las oportunidades y que son el caldo de
cultivo para la violencia y la descomposición del tejido social. Alcanzar la paz social no es
una quimera; esta se debe construir todos los días, luchando por mantener la
justicia social que garantice condiciones de vida dignas para todos. Es
asegurar el acceso a una educación de calidad, tal como José Vasconcelos decía:
“La educación debe ser la herramienta principal de transformación social y
económica de un país”. También es tener un sistema
de salud digno, con capacidad de atender las necesidades de la población, pues
la salud es parte fundamental de un país próspero. Ralph W. Emerson nos
recuerda que la primera riqueza es la salud. Es asegurar que los jóvenes
tengan la posibilidad de acceder a un empleo bien remunerado y la certeza de
una vejez digna. Y, por último, es que las y los mexicanos puedan vivir una
vida en paz, libre y segura. Ser patriota hoy no debe ser
solo una palabra vacía; es trabajar activamente por el bien común de nuestros
hermanos y hermanas. Implica reconocer y celebrar nuestra diversidad
pluricultural, pero también construir sobre lo que nos une: un deseo compartido
de seguridad, paz, progreso y orgullo nacional. Es contrarrestar la
polarización política que cada día nos divide más con frases como “ellos contra
nosotros”. Esto solo nos paraliza y nos envenena, llevándonos a la decadencia.
Un proverbio antiguo nos enseña: “Una casa dividida no puede prosperar”. Aplicado
a nuestro país, si seguimos divididos, México no podrá alcanzar la paz y la
prosperidad. La nueva revolución exige que
aprendamos a disentir sin destruir, a debatir sin denostar y a buscar consensos
mínimos en torno a proyectos de nación de largo alcance. Desde Punto Cenit queremos
invitarte a que valoremos nuestra Revolución, honrando a aquellos que
ofrendaron su vida por un mejor México. Recordando las palabras de nuestro
glorioso Himno Nacional: “Piensa, ¡oh patria querida!, que el cielo un soldado
en cada hijo te dio”. Emprendamos hoy la nueva revolución pacífica con
perseverancia, diálogo, unidad y una fe inquebrantable que veamos coronada en
las urnas. Por nuestras hijas e hijos, por México.
*Directora del Instituto Municipal para
la Paz Intrafamiliar
