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Clima laboral:



BRUNO MORFÍN CRUZ*

Herramienta indispensable para el crecimiento


Miércoles 10 de Diciembre de 2025 9:43 am


CUANDO un negocio está al borde del cierre operativo, generalmente ya tuvo que pasar por varias etapas; sin embargo, la primera de ellas (y donde generalmente el dueño de negocio no mide completamente el riesgo en el que está) es cuando su ambiente laboral no es positivo. Así como son perceptible aquellos negocios en donde las cosas funcionan bien y el personal está satisfecho, también son perceptible aquellos negocios en donde prevalece la tensión, el cansancio y la apatía.

Un mal clima laboral casi siempre inicia con un liderazgo deficiente. Pero también es cierto que un ambiente tóxico se alimenta cuando los colaboradores se rinden, se desconectan y deciden no aportar nada para mejorarlo. El clima laboral no es propiedad del jefe; es una corresponsabilidad que todos compartimos.

Muchos patrones están agotados, sobreviviendo entre pagos, ventas, problemas operativos y la presión de no dejar caer a la empresa. Y muchos colaboradores están igual de cansados: sintiendo que su voz no cuenta, que su esfuerzo no se nota o que su jefe no entiende lo que viven. En medio de esa tensión emocional, ambos bandos se sienten solos… y cuando se sienten solos, el clima se rompe.

Las señales de un mal ambiente son claras: compañeros que no se hablan, colaboradores que llegan desmotivados o resignados al trabajo y otros que ya no esperan nada, ni bueno ni malo.

Pero también existe el otro lado: colaboradores que se quejan de todo, pero aportan poco; personas que alimentan chismes, que responden ante cualquier cosa con mala actitud, que sabotean sin querer o que están tan lastimadas que ya no distinguen cuándo ayudan y cuándo complican. El clima laboral se daña desde arriba… pero se pudre desde los lados. Cuando eso pasa, nadie gana.

Sin embargo, es importante recordar que un clima laboral puede cambiar incluso con una sola persona que decida hacerlo mejor, y se transforma radicalmente cuando varias personas toman responsabilidad. Porque sí, los líderes deben aprender a dirigir sin destruir; pero los colaboradores también deben aprender a trabajar sin resentimientos y sin indiferencia.

Mejorar el clima laboral no es necesariamente caro. Por supuesto que una correcta y justa remuneración por el trabajo y los resultados obtenidos es la base para la satisfacción laboral; sin embargo, más allá de eso, tenemos estrategias económicas tales como: dirigirnos siempre con respeto, aunque haya prisa; escuchar para entender, no para responder; reconocer cuando el otro hace bien algo; evitar chismes, porque son veneno lento; corregir, pero sin lastimar, recordando siempre que todos estamos trabajando para vivir… no para pelearnos.

Porque el clima laboral no solo afecta al jefe o al trabajador: afecta al cliente, a las ventas, a la calidad del servicio, al ritmo del negocio y hasta a la salud de todos.

Debemos considerar, como dueños de negocio y colaboradores, al clima laboral como un acuerdo silencioso de cuidarnos mutuamente para poder avanzar y evitar que las personas se desgasten. Como todo pacto, el éxito depende de todas las partes. Cambiando el ambiente laboral, cambiará el negocio y la forma en la que nos desarrollamos profesionalmente.

 

*Director General de Soluciones Integrales de Negocios.