INDICADOR POLÍTICO
CARLOS RAMÍREZ
Invisible, seguridad Nacional de 4T
Jueves 11 de Diciembre de 2025 10:06 am
MIENTRAS los presidentes de EU operan su
política exterior en base a doctrinas, estructuras, programas, comunidades y
estrategias concretas desde finales de la Segunda Guerra Mundial (y en los
hechos desde su fundación constitucional en 1787), México funciona su
geopolítica de seguridad nacional solo como seguridad pública. Acicateado por la comunidad académica y
sectores especializados de la crítica, el presidente Vicente Fox promulgó en
2005, la Ley de Seguridad Nacional, pero los gobiernos posteriores frenaron su
puesta en práctica porque toda estrategia en ese sentido tenía que chocar de
manera inevitable con los espacios de soberanía de EU. La Estrategia de Seguridad Nacional 2025
del presidente Donald Trump (que es la misma para la Casa Blanca desde la
primera que emitió Reagan en 1987 y que viene del Acta de Seguridad Nacional de
1947) representa, sin darle más vueltas al asunto, una amenaza a la seguridad
nacional de México, si cruzamos las disposiciones de las estrategias
estadounidenses con la Ley mexicana de Seguridad Nacional. Las doctrinas mexicanas de seguridad
nacional, de soberanía política y de seguridad interior son lo suficientemente
legales, sólidas y precisas como para marcarle un alto al monroísmo vulgar de
Trump. Pero todos los presidentes mexicanos se han estacionado en el margen
retórico del patrioterismo (que no patriotismo) de la política exterior. Frente a Trump, la 4T (de manera paradójica
en su discurso refundador) depende de los programas públicos de seguridad
nacional de los presidentes Calderón Hinojosa y Peña Nieto, e inclusive está en
el aire la abrogada (pero latente en principios) Ley de Seguridad Interior que
aprobó Peña Nieto y anuló la Corte. El pasivo de la 4T en materia de seguridad
nacional se encuentra en la Ley de Fox: soberanía e independencia (artículo 3):
“por seguridad nacional se entienden (dice la ley vigente pero inaplicada) las
acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad,
estabilidad y permanencia del Estado mexicano"; y de manera muy clara, el
artículo 5 de la Ley caracteriza las “amenazas a la seguridad nacional”
mexicana. La lista de amenazas es muy concreta y se
encuentra en las estrategias de seguridad nacional de la Casa Blanca 1987-2025,
destacando la interferencia extranjera en los asuntos nacionales que puede
implicar una afectación al Estado mexicano. Las amenazas de Trump de usar a la
CIA, a la DEA, al FBI y a los Marines para combatir en México a los cárteles
que producen y exportan droga a EU representan, aun como declaraciones
políticas, una violación de la soberanía mexicana y de la Ley de Seguridad
Nacional, porque tipifican como “interferencia extranjera en los asuntos
nacionales que puedan implicar una afectación al Estado mexicano”. Pero la parte más importante está en el
Consejo de Seguridad Nacional, que debería operar (vía un Sistema Nacional de
Inteligencia para la seguridad nacional) como instrumento rector de la política
exterior de México, que afecta a su política interior y, sobre todo, a la
relación directa de México con EU en materia de seguridad nacional. Los compromisos incumplidos por López
Obrador y Sheinbaum Pardo para crear un Programa para la Seguridad Nacional han
dejado vigentes, nada menos que los programas de Calderón Hinojosa y Peña
Nieto, porque contienen toda la doctrina de las oficinas militares y navales
que tienen que ver con la soberanía de la república. Aunque
no se quiera, y ante la ausencia de programas sexenales para la seguridad
nacional, la estrategia del Gobierno mexicano sigue estando en la incumplida
Ley de Seguridad Nacional.
Política para dummies:
la política es la
seguridad nacional del Estado.
