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No hay marcha atrás



VIRIDIANA VALENCIA*


Lunes 15 de Diciembre de 2025 10:55 am


RENDIR cuentas no siempre es hablar de números. A veces hay que hablar de personas, de historias que cambian y de ausencias que durante años parecieron normales. Comparecer ante el Congreso del Estado me obligó a mirar hacia atrás, a los lados y, ¿por qué no?, hacia adelante.

Durante décadas, en Colima se habló de política social sin que realmente existiera. Se administró la pobreza, se simuló la atención y se ignoró a quienes más necesitaban respaldo institucional. No había una visión de derechos, ni programas ni pensiones universales; no había una política integral que entendiera el bienestar como algo más que discursos o buenas intenciones. Y aun así, sí hubo deuda, corrupción y gobiernos distantes de la gente.

La Cuarta Transformación no llegó por generación espontánea. Como movimiento, tomó una decisión política fundamental: poner a las personas en el centro. Entender que el dinero público no es botín, sino una herramienta para equilibrar desigualdades históricas. Que el bienestar no se promete ni es discurso, se construye con constancia, cercanía y memoria colectiva para no olvidar.

Pienso, por ejemplo, en las personas con discapacidad. Antes no existían para la política pública. No había programas ni reconocimiento de sus derechos. Hoy, la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad no solo representa un ingreso básico, significa tranquilidad, autonomía y esperanza.

Colima está a punto de concretar algo que durante años parecía impensable: la llegada del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón. Detrás de esa obra hay niñas y niños que ya no tendrán que salir del estado para recibir atención especializada; familias que no tendrán que endeudarse ni desgastarse emocionalmente para buscar lo que siempre debió estar cerca.

En programas de justicia educativa, el cambio también se siente en la vida diaria. Durante años, el apoyo se limitó a uniformes sobrevaluados, mientras el abandono escolar crecía, especialmente durante la pandemia, cuando cientos de niños carecían de las herramientas para continuar su formación desde casa.

Hoy, ColiBecas ha entregado casi un millón de apoyos educativos. Eso significa mochilas, útiles, computadoras, becas y, sobre todo, permanencia escolar. Significa que más de 4 mil 500 niñas, niños y adolescentes siguen en las aulas, cuando antes el sistema los expulsaba. La deserción en secundaria cayó de manera histórica, y ningún niño abandona la primaria por falta de recursos.

Hablar de bienestar también es hablar de las mujeres. Durante mucho tiempo, la violencia se normalizó y el Estado llegó tarde (o no llegó) cuando más se le necesitaba. Hoy la postura es clara y firme: ninguna violencia es aceptable.

Más de 2 mil 550 mujeres han recibido atención integral, acompañamiento real y seguimiento. Los Centros LIBRE, uno en cada municipio, dejaron de ser una propuesta de campaña para convertirse en espacios vivos donde miles de mujeres, niñas, niños y jóvenes encuentran orientación, prevención y comunidad.

Las juventudes dejaron de ser vistas como una generación a la que solo se le exige esfuerzo. Hoy se trabaja para garantizar condiciones reales de futuro, articulando programas federales con acciones comunitarias que reconstruyen el tejido social en los polígonos más vulnerables.

La transformación no es perfecta ni inmediata, pero es real, siempre lo hemos reconocido, igual que hemos dicho que hay tareas pendientes. Cuando el bienestar se siente en la mesa, en la escuela, en el hogar y en la tranquilidad cotidiana, no hay discurso que lo niegue, por más que lo griten quienes representan al panismo conservador de la entidad. Colima ya cambió. No hay marcha atrás.

 

*Secretaria de Bienestar, Inclusión Social y Mujeres del Gobierno del Estado de Colima