ALGO MÁS QUE PALABRAS
VÍCTOR CÓRCOBA HERRERO*
Crear entusiasmo y reafirmar lazos
Martes 16 de Diciembre de 2025 9:36 am
ES
necesario elevarse con las alas del buen ánimo, máxime en un momento marcado
por la polarización política y el aislamiento social; sin embargo, solemos
proceder en nuestro diario vivencial como si la ostentación y la riqueza fueran
lo más importante en la vida, cuando lo único que precisamos para estar
realmente satisfechos es algo por lo cual entusiasmarnos, sabiendo que toda
contribución es vital para todo tipo de avances humanitarios. En consecuencia,
tampoco perdamos el tiempo en necedades que nos contraigan el alma y, en lugar
de abrir sus puertas, las cerremos por el cansancio, el dolor y la desilusión. Hoy, más
que nunca, requerimos tomar aliento y renovarnos para cambiar el curso de la
historia. En efecto, otro mundo es posible en la medida en que enmendemos
recorridos trazados por intereses egoístas y reafirmemos la comunión entre
nosotros. La efectiva resistencia al mal no es el mal, sino el amor que
pongamos en nuestro habitual acontecer, capaz de sanar las propias heridas
mientras se curan las de los demás. Lo valioso radica en vencer el cansancio
para remediar las contrariedades que nos deshumanizan por completo.
Contemplando el actual panorama mundial, tan penoso como desolador por los mil
conflictos que nos amargan, da la impresión de que nos hemos acostumbrado a
cruzarnos de brazos y a no hacer nada por secar las lágrimas. Indudablemente,
todos estamos llamados a extender los brazos en la cotidianidad de cada jornada
y a la búsqueda de valores comunes, con su dinamismo y fervor espiritual,
contribuyendo a revitalizar el hermanamiento y a practicar la hospitalidad,
conscientes de que, trabajando en plena donación, encontraremos sentido a
nuestra existencia. Será un buen propósito a cultivar en un espacio tirante de
desafíos, tragedias e injusticias, muchas de ellas relacionadas entre sí. Es
público y notorio que nos falta energía y convicción en muchas ocasiones: el
poder de soñar con un nexo más del corazón que del cuerpo, para hacer realidad
lo que nos parece irrealizable. Ojalá aprendamos a convivir en paz y que las
divergencias se afronten no con las armas, sino con el diálogo. Por eso,
es sustancial asegurar esa mirada global con una visión centrada en las
personas para fortalecer los enlaces comunitarios. Las soluciones inteligentes
continúan siendo soluciones humanas. La tecnología y el cambio climático están
reconfigurando las sociedades más rápido de lo que los marcos institucionales
pueden adaptarse, provocando una creciente desconexión entre gobiernos y
ciudadanos. A este cúmulo de despropósitos hay que sumarle la tremenda
desigualdad que nos aqueja, lo que requiere voluntad política, colaboración por
parte de todos y una visión compartida de un futuro más equitativo, al menos
para no exacerbar las divisiones sociales.
