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INDICADOR POLÍTICO



CARLOS RAMÍREZ

Referentes de reforma electoral de la 4T


Miércoles 17 de Diciembre de 2025 12:20 pm



LA reapertura inopinada del caso de la activista María Amparo Casar Pérez cayó como anillo al dedo de la oposición aglutinada alrededor de Claudio X. González Guajardo y estalló en el escenario (también inesperado) de la crisis político-electoral de Venezuela y del ejercicio democrático en las urnas de Chile, además de que llegó en el momento más importante del desahogo del tiempo político para la reforma electoral que va a proponer la Presidencia de la República.

El tema del caso Casar ya no es sobre el cobro de un seguro de vida y una pensión por la muerte del esposo de la politóloga, ni del punto sensible de litigio sobre suicidio o accidente que no estuvo regulado en el contrato de Pemex y en el que no se involucraron agencias de seguros privadas, sino el sentido de la oportunidad para catapultar una argumentación política que la reapertura del expediente de la Fiscalía General de la República descuidó en tiempos y circunstancias.

La reforma electoral que prepara la Presidencia de la República entrará en una zona de conflicto político por algunos mensajes enviados desde la estrategia de seguridad nacional del presidente Donald Trump respecto a la legitimidad político-electoral de adversarios de la Casa Blanca.

La reforma electoral que dejó encargada el presidente emérito López Obrador está a cargo del que puede ser considerado el último comunista del viejo régimen priista, porque encabezó a la juventud comunista que se involucró en el movimiento estudiantil del 68. Pablo Gómez Álvarez ha tenido clara su propuesta de una reforma electoral en función del viejo Partido Comunista Mexicano.

En términos concretos, la reforma electoral que ha entrado ya en la zona de propuestas formales, por el tiempo apremiante de aprobación, oscilará entre el endurecimiento lopezobradorista para no dejar ningún espacio que beneficie a la oposición y la existencia, en las calles, en los medios y en el debate político, de una oposición de centro a ultraderecha que tiene en su seno a exfuncionarios electorales del bloque priista-prianista de Carlos Salinas de Gortari con el IFE, a la alianza PRI-PAN de Enrique Peña Nieto con el INE.

En este contexto, la reforma electoral de la 4T parece perfilarse a una propuesta en términos similares a las creadas y legitimadas por la clase intelectual que se alió al salinismo neoliberal a través de José Woldenberg, del perredismo chuchista con Leonardo Valdés Zurita y del perfil PRI neoliberal-PAN, en modo de Fernández de Cevallos (los chuchos perredistas) y el bloque intelectual de UNAM-PRI con Córdova Vianello, del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

Al final de cuentas, el desarrollo político de la sociedad mexicana está preparado para las alternancias sistémicas no rupturistas que sostienen el viejo priismo bartlista, el panismo neoliberal salinista y el prianismo del INE de Córdova Vianello, Woldenberg y el Grupo (A)Nexos. La posibilidad político-democrática de un regreso del salinismo neoliberal panista por la vía electoral no debe ser coartada justificatoria para restaurar en México los tiempos de procesos electorales amañados.

Los casos de las elecciones fraudulentas en Venezuela con Maduro y de las elecciones democráticas en Chile con Kast serán, de modo inevitable, marcos de referencia al conejo electoral que salga de la chistera de Pablo Gómez Álvarez, quien dejó una huella muy clara y muy comprometedora en sus propuestas de una democracia socialista en los setenta, con la idea de convertir al Partido Comunista Mexicano en un pivote de la verdadera alternancia de sistema/régimen/Estado/Constitución que destruya la retórica transicionista de Woldenberg/Córdova.

Política para dummies: la política es la redistribución del poder.