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El Litio en México



ROGELIO SALAZAR BORJAS*


Jueves 18 de Diciembre de 2025 9:22 am



AL cierre de este año, el mundo sigue reajustando las nuevas realidades geopolíticas que, sin duda alguna, definirán las acciones económicas y comerciales para el próximo 2026. La nueva era arancelaria impulsada por Trump ha modificado el flujo comercial y, en ocasiones, ha exigido concesiones de ciertos sectores transnacionales a favor de la economía norteamericana.

Así, por ejemplo, México ha cedido la participación extranjera a favor de EU en un mineral que, en los últimos lustros, ha mantenido una preponderancia en el mercado automotriz internacional y otros sectores de la industria: el litio, metal usado en la elaboración de baterías para vehículos eléctricos en esta nueva era de transición de los autos de combustión interna.

Este elemento de la tabla periódica es muy ligero, pero a su vez mantiene entre sus propiedades una alta capacidad electroquímica, lo que permite una eficaz y eficiente acumulación y almacenaje de energía eléctrica. Esta característica lo convierte en un elemento imprescindible para la optimización de espacio en vehículos terrestres, aeronáuticos, aeroespaciales y otras aplicaciones, como son los teléfonos que usamos todos los días.

Por lo que su existencia lo convierte en un activo estratégico de seguridad nacional para el presente y futuro de la industria. En este rubro destacan tres países latinoamericanos: Bolivia, Argentina y Chile, que juntos reportan más del 50 por ciento de las reservas internacionales del preciado metal, con una estimación de cincuenta millones de toneladas sumadas en conjunto, con 20, 20 y 10 millones respectivamente.

El resto de las reservas internacionales, es decir, otro tanto, se dividen entre los países restantes del mundo, destacando principalmente EU, Australia, China, Alemania, Congo, Canadá y México. Nuestro país se ubica en el puesto número 10, con tan solo 1.7 millones de toneladas concentradas en una entidad federativa: Sonora, concretamente entre los municipios de Bacadéhuachi y Sahuaripa, a tres horas del vecino Arizona.

Para darnos una idea regional, sumadas las reservas de litio de los tres países de Norteamérica, que se encuentran calculadas en 10 millones, apenas alcanzamos a la mitad de las reservas de Bolivia o a igualar a las de Chile. Por lo que el continente americano es el principal reservorio del mineral.

En el año 2022, una reforma a la Ley Minera en nuestro país permitió declarar a este mineral, llamado el oro blanco, como patrimonio de la nación, y a su vez, el gobierno mexicano creó un organismo llamado Litiomex, ente supervisado por la Secretaría de Energía, que tendría entre sus funciones la cadena de valor de este activo en el mercado nacional.

Sin embargo, las complicaciones de las dotaciones ejidales de la zona, el exceso de denuncios mineros, la participación de comunidades indígenas y la presencia del crimen organizado ralentizaron una efectiva inversión para la explotación del metal. Aunado a ello, las vetas de carbonato e hidróxido de litio de estos yacimientos se encuentran en medio arcilloso, complicando aún más los procesos tecnológicos de extracción.

Asimismo, el escaso presupuesto a Litiomex, que este año 2025 fue de tan solo 12.9 millones de pesos, alcanzando a cubrir únicamente nóminas de ese organismo, ha determinado desalentar el esfuerzo o la idea principal de la administración federal pasada, factores subyacentes para la toma de inversión a favor del vecino norteamericano, quien a su vez mantiene aranceles bajos y la posibilidad de renegociar el T-MEC para nuestro país.

 

*Miembro consultivo del Colegio de Economistas de Colima AC