Toluca, el oficio de ganar
DAYRA YISCEL GÓMEZ DÁVILA*
Viernes 19 de Diciembre de 2025 9:15 am
LA Bombonera respiraba nervios antes
de tiempo. Cada saque, cada rebote y cada silencio pesaban como si la historia
se hubiera detenido a observar. Toluca volvió a encontrarse ahí, en el filo
donde se deciden los campeonatos, y respondió como lo hacen los equipos que ya
aprendieron a convivir con la presión. ¿Se puede explicar un bicampeonato sin
hablar de carácter? El título doce no fue un accidente
ni un arrebato emocional. Fue la consecuencia de un año que rozó lo
irrepetible: el impulso de tener el Clausura 2025 en la bolsa, el liderato
general, una final que debía ser resuelta desde el punto penal y un equipo que
se negó a caer incluso cuando todo parecía estar cuesta arriba en los momentos
decisivos. Antonio Mohamed lo resumió sin rodeos: este Toluca es de época. No
por discurso, sino por resultados. La final ante Tigres lo confirmó.
Los Diablos Rojos atravesaron esta Liguilla sabiendo remar contra corriente.
Perdieron la ida en semifinales y la final, enfrentaron lesiones clave y, aun
así, avanzaron. Contra Tigres comenzaron abajo 0-1 en el global; en la vuelta
se enfrentaron al 0-2 global de manera temprana y terminaron celebrando después
de una tanda de penales que rompió una estadística de gran peso: Nahuel Guzmán
nunca había perdido una final desde los once pasos. El fútbol, como dijo el
propio Mohamed, también es un show, pero uno que exige nervios de acero. Alexis Vega simbolizó ese temple.
Sin estar al cien, infiltrado, ausente durante semanas, apareció cuando el
equipo más lo necesitaba. Cobró dos penales y empujó a Toluca hacia un
bicampeonato que no se lograba desde la introducción de los torneos cortos. No
fue romanticismo, fue liderazgo. A su lado, jóvenes que casi no habían tenido
minutos asumieron responsabilidades que suelen pesar incluso a los veteranos. Las cifras ayudan a dimensionar el
logro: Toluca es el equipo que más finales ha ganado por penales en la era de
torneos cortos y ahora empata a Chivas como el segundo más ganador del país.
Pero reducir este bicampeonato a estadísticas sería injusto. Este Toluca
entendió cómo competir en la Liga MX moderna: plantel largo, gestión emocional
y una idea clara incluso en el caos. La continuidad de Mohamed refuerza
esa sensación de estabilidad poco común en el fútbol mexicano. El siguiente
objetivo será internacional, pero el mensaje ya quedó claro: ganar no es una
casualidad, es una costumbre que se trabaja. ¿Será este Toluca capaz de
sostenerse y convertir la época en dinastía? El reto, ahora, es no dejar de
creérselo. *Periodista
deportiva
