INDUSTRIA, INNOVACIÓN Y PUERTO
JUAN JOSÉ MEZA NÚÑEZ
Cuando el liderazgo sí importa
Miércoles 31 de Diciembre de 2025 9:30 am
DICIEMBRE es un mes en el que, como personas,
solemos detenernos. Buscamos el encuentro con nuestros seres queridos, los
rituales de cierre, las cenas largas y ese instante simbólico en el que
esperamos que el cambio de año venga acompañado de mejores cosas y nuevas
esperanzas. Es un tiempo de pausa, de balance y de reflexión. En el ámbito empresarial ocurre algo muy
parecido. Diciembre no es un mes sencillo. Se hace un alto, pero no un
descanso. Se cierra el ciclo fiscal, se afinan números, se cumplen compromisos
y, paradójicamente, el trabajo suele intensificarse. Sin embargo, también es un
momento clave para entender que lo que viene no puede sostenerse solo en el
optimismo, sino en la responsabilidad con la que se toman las decisiones
finales del año. Detrás de cada empresa que sigue operando hay
mucho más que balances y resultados. Hay personas que dependen de que las cosas
funcionen, pagos que no pueden postergarse, inversiones que se defienden y
riesgos que se asumen aun en contextos complejos. La empresa no es un concepto
abstracto; es una estructura viva que se sostiene todos los días, incluso
cuando el entorno se vuelve incierto. Actualmente, ser empresario no es un privilegio
cómodo; es una responsabilidad permanente. Implica invertir, cumplir, adaptarse
y, muchas veces, hacerlo sin reflectores. No se trata de victimizar ni de
idealizar al sector productivo, sino de reconocer una realidad básica: sin
empresas no hay empleo, sin empleo no hay consumo y sin consumo no hay economía
que se sostenga. En ese mismo plano están las cámaras
empresariales. No como espacios decorativos ni plataformas personales, sino
como organismos que buscan dar orden, representación y continuidad
institucional. Quienes participamos en ellas sabemos que mucho de su trabajo no
se ve hacia afuera: hay diálogo, mediación, desgaste y responsabilidad. Ese
esfuerzo silencioso es el que permite que, aun en momentos complejos, las cosas
no se rompan del todo. Las cámaras no sustituyen al Estado ni compiten
contra él. Tampoco son trincheras ideológicas. Son espacios donde se articulan
voces diversas del sector productivo y donde se intenta construir acuerdos con
información, experiencia y sentido de responsabilidad. Cuando funcionan bien,
ayudan a que la empresa no camine sola y a que las decisiones públicas se tomen
con mayor conocimiento de la realidad económica. Quisiéramos mirar al 2026 desde la óptica de
aquel niño de la paleta (¿lo recuerdas?), imaginando que llegarán los Reyes
Magos cargados de cosas nuevas. Pero hoy sabemos que, junto con las
oportunidades, también vienen retos e incertidumbres que no se pueden ignorar.
La diferencia está en cómo nos preparamos para enfrentarlos. Por eso, más que promesas, este cierre de año
invita al agradecimiento. Agradecer por lo aprendido en 2025, incluso en los
momentos difíciles, y asumir que 2026 solo será mejor si llega acompañado de
compromiso, lectura del entorno y responsabilidad compartida. El futuro no se
improvisa. Se construye. ¡Feliz año 2026, mis queridas y queridos
lectores! Colaboración y visión compartida para una
industria fuerte.
*Presidente de Canacintra
