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Triunfan El Zapata y Ferrera, en La Petatera



Miércoles 20 de Febrero de 2019 8:42 am

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Cuatro orejas para el mexicano; indulto para el español Ferrera; desiguales las reses de San Miguel Mimiahuapan; silencio para Carlos Rodríguez, quien recibió la alternativa


Templar, lo que se dice templar, está al alcance de muy pocos toreros, estamos hablando de parar, de hipnotizar, no simplemente de torear limpio, sin enganchones o de pulsear con más o menos habilidad su embestida y ayer el español Antonio Ferrera por momentos nos hizo estremecer porque convirtió un buen toro en una lidia soberbia.

Ferrera, quien vistió de grana y oro, tuvo los mejores astados del hierro guanajuatense de don Alberto Bailleres. En su primero, de nombre “Petatero”, bordó un toreo con el capote y la muleta que calaron en los tendidos con extraordinarias series de derechazos y tres bellos naturales, que lamentablemente malogró con la toledana, yéndose en silencio.

En el segundo de su lote, hemos visto enfrentar al diestro español a un toro cárdeno oscuro, con 490 kilos en los lomos, un astado que tuvo una salida incierta, pero que fue creciendo conforme iba pasando la lidia, un toro noble, con casta y bravura, con el que se emborrachó Ferrara, con la muleta y sin el ayudado; el toro iba y venía ante el poder y el temple que imprimía a cada pase, con la derecha y con la izquierda, pudo haber toreado con la montera o con un pañuelo; finalmente tuvo la habilidad de vender muy bien el indulto. La plaza se caía con la petición. El juez se negó una vez, dos veces, pero definitivamente accedió al clamor de la mayoría de los asistentes y “El Villalvarense” se fue vivo al rancho de la ex hacienda de Begoña en Dr. Mora, Guanajuato. No era de indulto, pero la Villa es la Villa.

Uriel Moreno, El Zapata, es un matador de toros muy querido en La Petatera. Se presentó por sexta vez en Villa de Álvarez. Siempre se entrega con vergüenza taurina en el ruedo, hizo un toreo alegre, de alta conexión con el público. Su primer toro de nombre “Diecinueve”, lo recibió de hinojos en trancas, lo lanceó con suavidad y de ahí presenciamos un tercio de banderillas de gran calidad, con dos pares al violín y un par de poder a poder, dejando los garapullos en buen sitio, llevándose la ovación del respetable. Brinda la muerte del primero de su lote al periodista Héctor Sánchez de la Madrid. El tlaxcalteca se va a los medios a recrearse con vistosas series de muleta destacando ocho naturales seguidos. Con la espada deja una estocada en buen sitio, otorgándole el Juez dos orejas.

El segundo de la lidia de El Zapata, un toro negro meano de 484 kilos, destacó nuevamente el tercio de banderillas, luciendo la pureza y técnica de cubrir esta parte del toreo, con la muleta se adornó corriéndole la mano y levantando olés de un público que quiere a este torero que se entrega con amor, que trata de complacer al cubrir los tres tercios con alegría gitana y sabor mexicano. Vuelve a poner las zapatillas enterradas en la arena, cuajando faena y estocada defectuosa, pero que hacen doblar pronto al de San Miguel Mimiahuapan. El juez repite la dosis y otorga dos orejas, que lo hacen triunfador de la tarde con cuatro orejas.

Finalmente, al debutante Carlos Rodríguez, que tomó la alternativa de manos de El Zapata, le tocó el peor lote con dos toros mansos, abantos a los que poco o nada pudo hacer. Los picadores dieron al traste con puyazos que hicieron que “Villano” y “Tabladero” no dieran el juego. Con unas deslucidas faenas con el capote y la muleta, además tuvo una mala fortuna a la hora de entrar a matar. Cierto es que en su carrera novilleril no tuvo un número suficiente de corridas y hoy con su graduación, tiene que correr la legua para conseguir corridas de toros.

Un balance de estas dos corridas formales, la verdad sería tedioso, aburrido y repetitivo. Sería todo eso, porque una corrida parecía lo mismo, sólo cambiaron los nombres de las ganaderías y de los espadas. El lado positivo es muy poco y lo negativo es mucho, porque aunque la Villa es la Villa, hay que mejorar en la seriedad de la empresa, que bien hacen lo que les pega la gana, aprobar toros anovillados, sin trapío sin mirar por la integridad de la fiesta, se conceden orejas a toreros que dan dos o tres pases y unos infames bajonazos.

La autoridad municipal debe convenir con empresarios para presentar carteles mejor rematados con toros de verdad, porque de 12 reses que vimos en La Petatera, ¿cuántos le gustaron a Usted?

Y del Juez de esta tarde, ahí se lo dejo de tarea.

¡Hasta la próxima!

Roberto GEORGE GALLARDO



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