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Colima, el latido de sus años*


Los investigadores Ada Aurora Sánchez y Marco Jáuregui, durante la presentación del libro Colima, el latido de sus años, en el Teatro Hidalgo.

Foto Internet

Ada Aurora Sánchez y Marco Jáuregui

Sábado 29 de Julio de 2023 1:18 pm

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I. Preámbulo

En principio, queremos agradecer a la Mtra. María Irma López Razgado y al Dr. José Miguel Romero de Solís, coordinadores de Colima, el latido de sus años, la enorme deferencia de invitarnos a presentar la edición conmemorativa por los 500 años de la villa de Colima.

Nos honra la invitación por tratarse de un libro profundamente bello y sustancial, histórico y artístico en más de un sentido. Pero también porque, justamente este día 25 de julio de 2023, nos encontramos a cinco siglos de la fundación de la primitiva villa de Colima y, de un modo u otro, todas y todos los asistentes nos volvemos testigos privilegiados de una fecha cargada de simbolismos.

A estas razones sumamos el hecho de que el lugar seleccionado para mostrar por primera vez a las y los lectores una obra como la mencionada es el emblemático Teatro Hidalgo, espacio que, desde las últimas décadas del siglo XIX, da cuenta de la cultura colimense y que, como refiere el profesor Felipe Sevilla del Río en su libro Prosas literarias e históricas, fue sede del célebre montaje Reo, juez y verdugo, del poeta Arcadio Zúñiga y Tejeda, en septiembre de 1891.

Publicado por la Administración del Sistema Portuario Nacional Manzanillo, Puertabierta Editores, la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, Capítulo Colima, el Gobierno del Estado de Colima, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Romero-Abaroa, Colima, el latido de sus años (junio de 2023) es una muralla de papel contra el olvido, una fortaleza que, como en el poema “La muralla” de Nicolás Guillén, ha intentado construirse juntando todas las manos posibles, recuperando el esfuerzo de innumerables personas, para convertirse en un libro que abarque en su mirada diversos siglos y que vaya, en su descripción de escenarios (aquí citamos al buen Guillén), “desde la playa hasta el monte,/ desde el monte hasta la playa, bien,/ allá sobre el horizonte…”.

Y es que, como asienta el Dr. José Miguel Romero de Solís en el Prólogo, el objetivo era reunir muchas voces, exponer “cómo vemos las raíces de Colima y sus pueblos originarios, la época virreinal; cómo se vivió la Independencia, la guerra de Reforma, la Revolución, la Cristiada, sin centrarnos en los acontecimientos sino en su significado. Se quería, y quiere, invitar a reflexionar y a entender por qué somos así, y por qué vivimos de tal forma”.

Un libro como el que hoy se presenta contribuye, sin duda alguna, a este propósito de autorreconocimiento y proyección para las y los colimenses, pues ofrece fotografías y textos históricos, literarios y artísticos que brindan testimonio del paso del tiempo y de nuestra transformación social. Asimismo, comparte percepciones, esperanzas e incertidumbres de quienes, en virtud del espacio geográfico y cultural que habitan o estudian, aportan piezas para revelar la imagen que esconde ese rompecabezas social y sumario del que somos parte.

 

II. Estructura del libro

Conformado por ocho capítulos, más una presentación escrita por la Mtra. Indira Vizcaíno Silva, gobernadora del estado de Colima, y un prólogo del Dr. José Miguel Romero de Solís, Colima, el latido de sus años se despliega a lo largo de 432 páginas, e incluye 145 textos, una extensa bibliografía y las semblanzas de 170 colaboradores y colaboradoras, incluyendo a coordinadores, escritores, fotógrafos, ilustradores y correctores de estilo.

En cuanto a la temporalidad, podemos señalar que, entre el fragmento incluido de la Cuarta carta de relación de Hernán Cortés, fechada el 15 de octubre de 1524, y los últimos textos producidos en 2023 especialmente para el libro, hay una distancia de casi 499 años.

Colima, el latido de sus años es una obra plural, inclusiva, en lo que concierne al perfil y óptica de las y los colaboradores, así como a los temas tratados. En sus páginas se reconocen aportaciones de historiadores, antropólogos, médicos, poetas, científicos, abogados, fotógrafos y músicos, por ejemplo; colimenses y de otros estados de la República, al igual que extranjeros que han empeñado su vida en el estudio de algún aspecto de Colima.

Subrayemos, también, otro mérito indiscutible del libro que ahora comentamos: su riqueza visual. Mapas, imágenes de documentos históricos, fotografías de paisajes o piezas arqueológicas, firmas o retratos de personajes, todo espléndidamente integrado al encuadre de los textos, convierten al libro en un objeto artístico por sí mismo, gracias al diseño y maquetación de Pablo César Oliva Brizuela; al cuidado de la edición, a cargo de Karla Patricia Valdovinos Mendoza, Salvador Silva Padilla y Héctor Porfirio Ochoa; y en general al excelente trabajo realizado por Puertabierta editores, bajo la batuta de Miguel Uribe Clarín.

 

III. Historia y narración

A partir de un eje cronológico y como si se tratase de una película, Colima, el latido de sus años nos proyecta un panorama de los pueblos originarios de Colima, de sus fases culturales, estilos de vida, ritos funerarios y cerámica. De la mano de investigadores como Rafael Platas, Maritza Cuevas y María de los Ángeles Olay sabemos que Comala constituye “el periodo más conocido del Colima prehispánico” y que fue contemporáneo a la configuración de Teotihuacán (0-500 d.C.).

En palabras de los autores, la fase Comala “significó el esplendor de una eficaz organización social basada en el culto a los ancestros y en la sacralización de los espacios funerarios. […] Los alfareros de este periodo elaboraron una bella imaginería en barro que trasladó los mitos y las historias de la creación del hombre y su transición al espacio de la muerte.”

El siglo XVI, crucial por cuanto al encuentro de dos mundos, se nos dibuja, de acuerdo con José Miguel Romero de Solís y Cecilia Salazar, como decisivo en la emergencia de instituciones políticas, eclesiásticas y económicas que originan la conformación del Colima actual. 

Una vez que el conquistador Gonzalo de Sandoval entra, en 1523, al valle de Tecomán “con un ejército de españoles acompañados de tarascos, tlaxcaltecas y colhuas”, se funda la villa de Colima (Solís y Salazar) y, como deja ver el libro que presentamos, acontece una reconfiguración de los pueblos indígenas, se eleva la producción del cacao y la explotación de la sal, así como llega la orden franciscana a estas tierras.

En el muro de la historia, se suceden, veloces, las imágenes de un tiempo en que se superpone una visión del mundo a otra existente y el mestizaje se abre paso, en la consideración de que, como señala María Irma López Razgado, convergen las sangres europea, indígena, africana y filipina. En el siglo XVII el Galeón de Manila o la Nao de China surca los mares y conecta Asia con la Nueva España y España. Ante las inclemencias meteorológicas y la baja producción del cacao, según Thomás Calvo y Paulina Machuca, asciende el cultivo del cocotero y, un poco después, la producción del vino de cocos. Colima se abre al exterior y matiza su condición de “finisterre novohispana”, que, en el decir de Romero de Solís, observó por su ubicación geográfica desde el principio de su fundación.

Al avanzar el lector a través de Colima, el latido de sus años conoce, entre otros elementos del siglo XVIII, la cultura del mariachi, las huellas del imaginario religioso en Colima, el trazo urbano que fue modelándose, la estadía del cura Hidalgo en Colima, en 1792, etcétera. El siglo XIX se muestra a la luz de personajes clave como Ramón R. de la Vega, docentes egresados de la prestigiada Normal de Maestros, Gildardo Gómez, el Panteón de los gringos, la cocina colimota, la industria textil y la aparición del tren y la electricidad, es decir, Colima en el despegue de su modernidad.

Los apartados correspondientes a los siglos XX y XXI aluden a personajes emblemáticos del arte y la cultura colimenses, a los sismos, enfermedades, la actividad volcánica, el comercio, las tradiciones, los cambiantes escenarios políticos, la educación y sus retos, la Universidad de Colima, la presencia de la tecnología, las contradicciones sociales, el fenómeno de la migración y el periodismo cultural, entre otros tópicos. Finaliza el libro un apartado dedicado particularmente a Manzanillo en que se pondera la importancia comercial del puerto y la oportunidad que significa, en el horizonte futuro, de proyectar al estado de Colima a nivel internacional, con la consecuente apertura a la globalización y la multiculturalidad.

 

IV. Para finalizar

No podemos citar a todas las y los autores incluidos en este libro, pero baste mencionar algunos: los historiadores María de los Ángeles Olay, Patrick Johansson, Servando Ortoll, Cecilia Salazar, José Luis Moreno Silva, Julia Preciado, Paulina Machuca, Thomas Calvo, María de los Ángeles Rodríguez, Blanca Gutiérrez Grajeda, Ernesto Terríquez y los destacados coordinadores de este libro; los poetas Víctor Manuel Cárdenas, Guillermina Cuevas, Jorge Vega, Gloria Vergara, Efrén Rodríguez, Avelino Gómez, Verónica Zamora… La misma limitación de espacio la tenemos con los fotógrafos, aunque señalamos los nombres de Hernando Alonso Rivera Cervantes (crédito de portada), Sergio Tapiro, Sigi Pablo Pineda, Javier Flores Cruz, Cecilia Álvarez, Claudette Beal, Christian Villicaña, Alejandro González Cuevas…

En definitiva, estamos ante una labor titánica, que muestra una magnífica suma de recursos, conocimientos y voluntades, un libro cuya mayor fortaleza es lo que trasluce en su centro, redes de trabajo y apoyo.

Hay libros que no deben juzgarse por lo que les faltó incluir, sino estrictamente por lo que sí contienen: el libro que hoy nos convoca es uno de estos.

Apuntemos otro dato curioso, a propósito de coincidencias, de olas de mares que van y vienen: el capitán de la milicia española Hernán Cortés, en su Cuarta carta de relación, de 1524, y de la cual se incluye un fragmento en Colima, el latido de sus años, le informa al Rey de España Carlos V, que dio orden de que se fundase en un “asiento que fuese bueno” la villa de Coliman, y es, casi quinientos años después, que un almirante de la Marina Armada de México, Salvador Gómez Meillón, cierra, con su colaboración, el presente libro conmemorativo de los 500 años de la fundación de la villa de Colima.

Ojalá que este libro-memoria, este libro que hace visible lo buena que es nuestra tierra, pese a sus temblores y otras vicisitudes, encuentre muchos lectores y lectoras para corresponder al esfuerzo de todos sus participantes. Vale la pena recorrerlo con calma, a la sombra de un naranjo, mientras nos llenamos los ojos de imágenes, poesía e historia: eso de lo que está hecha la vida misma.

 

 

*Una versión resumida de este texto fue leída durante la presentación del libro Colima, el latido de sus años, el 25 de julio de 2023, en el Teatro Hidalgo de la ciudad de Colima, Col.

 

 

Ágora



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