Rezago educativo, brecha digital y desinterés académico

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DÍA DEL MAESTRO
Jueves 15 de Mayo de 2025 7:25 am
+ -Coinciden docentes en que la transformación educativa requiere atención conjunta de autoridades, familias y maestros para lograr cambios sostenibles y reales
En México y Colima, ser maestro o maestra no solo es una
profesión: es una vocación que exige entrega, creatividad, sensibilidad y
resiliencia.
Este 15 de mayo, Día del Maestro, testimonios de docentes
colimenses y datos recientes sobre la situación del magisterio en el país
revelan los enormes desafíos que enfrentan quienes sostienen día a día las
aulas, pese a las carencias estructurales, el rezago postpandemia y una
transformación social y digital que ha trastocado el sentido mismo de la
enseñanza.
Desde su experiencia en el Telebachillerato de Piscila, la
maestra Gloria Elizabeth López Sánchez resume el desafío principal: “el rezago
educativo y la falta de acceso a tecnologías”.
En una comunidad donde las herramientas digitales siguen
siendo un lujo, diseñar estrategias de enseñanza contextualizadas ha sido
clave. “Trabajamos con actividades que les permitan debatir y proponer
soluciones reales”, cuenta.
El maestro José Ramón Moreno Luna, frente a un grupo de
sexto grado en la primaria Basilio Vadillo, lo vive de cerca: niñas y niños
que, más allá de la falta de conexión o dispositivos, muestran desinterés
académico.
“Muchos ya no sueñan con una carrera universitaria; quieren
ser influencers o, peor aún, piensan en emigrar o unirse a grupos delictivos”,
alerta. Frente a eso, apuesta por el pensamiento crítico como forma de
resistencia: “Hay que enseñarles a pensar, no a repetir”.
También lo vive la maestra Elena del Toro Equihua, docente
de Español en secundaria y madre de una niña pequeña. “Mi hija y mis alumnos me
necesitan. Intento hacer lo mejor posible para ambas”, confiesa.
El ser madre la ha hecho más empática en el aula: “Ahora
comprendo más lo que puede estar sintiendo un alumno”. Su historia refleja el
doble desafío de muchas mujeres docentes, que equilibran la enseñanza con los
cuidados familiares.
Los tres coinciden en que la relación entre las políticas
educativas y el aula es aún lejana. “Las decisiones vienen de arriba, sin
conocer nuestra realidad”, dice Gloria.
José Ramón agrega que “las nuevas estrategias educativas no
siempre son bien recibidas, porque las familias esperan una educación
tradicional”.
CONDICIONES LABORALES PRECARIAS
Además de los retos pedagógicos, los docentes enfrentan
condiciones laborales precarias.
Aunque una reforma aprobada en 2024 estableció un salario
mínimo de 16 mil 777 pesos mensuales, la mayoría sigue ganando en promedio
menos de 8 mil pesos al mes.
En estados como Morelos o Querétaro, algunos maestros
apenas reciben 2 mil 600 pesos. En Colima, los sueldos rondan entre 8 y 10 mil,
con desigualdad entre zonas urbanas y rurales.
A ello se suma una carga administrativa abrumadora, la
inseguridad en comunidades vulnerables y la falta de reconocimiento social.
La profesión, advierten organismos como la UNESCO, ha
perdido atractivo entre los jóvenes: solo el 12 por ciento de quienes estudian
educación ejercen como docentes.
En 2023, México tuvo un déficit de más de 130 mil maestros,
sin capacidad de las normales para cubrir la demanda.
Sin embargo, la esperanza no se apaga. Las y los maestros
entrevistados siguen apostando por una educación transformadora.
Además, piden inversión en formación continua, materiales
didácticos, atención emocional al alumnado, y una disminución en los trámites
administrativos que les restan tiempo de aula.
También insisten en una corresponsabilidad con madres y
padres, para lograr una educación verdaderamente integral.
“Como madre, sé lo importante que es estar bien para cuidar
a mi hija. Y como maestra, sé que también debo cuidar a los hijos de esta
sociedad que a veces los olvida”, resume Elena del Toro.
Este Día del Maestro, más allá de los reconocimientos
simbólicos, lo que se necesita es escuchar a quienes desde el aula construyen
futuro.
Su voz es clara: sin condiciones dignas para enseñar, no
hay transformación posible. Porque como bien señala la UNESCO: “Sin docentes
motivados y bien remunerados, no hay futuro educativo”.