Monumentos Históricos en el cementerio
Elena DEL TORO
Domingo 11 de Noviembre de 2018 8:56 am
+ -Las tumbas históricas del Panteón Municipal de Colima están resguardadas por el INAH y se encuentran en la zona del Cerrito, sobre un basamento prehispánico.
CON 134 años de fundación, el Panteón
Municipal de Colima alberga 66 Monumentos Históricos Inmuebles, así definidos
por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), 17 de los cuales
se encuentran en el área del Cerrito, que en realidad es un basamento
prehispánico. Algunos datan de los Siglos XVIII y XIX.
En 1884 fue puesto en uso el
“Cementerio de Las Víboras”, en alusión al potrero donde se estableció, según
el documento elaborado por el INAH, “Colima a través de sus monumentos
históricos. La arquitectura funeraria del Siglo XIX en el Panteón Viejo”.
Ahí se indica que las tumbas del área
del Cerrito tienen una gran manufactura y cuidado en sus detalles ornamentales
en estuco, tallado en bajorrelieve, así como grabados que se pueden encontrar
en lápidas, obeliscos, túmulos, en capillas funerarias con criptas y osarios.
“Las características de la
arquitectura funeraria del Panteón Viejo, son un reflejo de los contenidos
técnicos y estilísticos presentes en la morfología urbana de la época
decimonónica de Colima”, refiere el documento, y agrega: “De influencia
neoclásica y ecléctica, encontramos a escala individual, los elementos
arquitectónicos que caracterizan una volumetría integrada a base de detalles
ornamentales que le dan elegancia al monumento funerario”.
Además, de origen ecléctico con
tendencia en el barroco gótico, así como elementos neoclásicos indigenistas,
muchas veces combinadas o con interpretaciones, “conjugan una reinterpretación
regionalizada, y representan la memoria viva de lo que significó la muerte en la
sociedad colimense”.
Las tumbas de la sección antigua “son
espacios que materializan una época histórica, en donde se realizaron rituales
mortuorios vinculados con tradiciones ancestrales aún presentes en la sociedad
actual”, precisa el estudio.
Algunas tumbas son horizontales,
compuestas por plataforma, sarcófago y lápidas; otras, verticales con tumultos
u obeliscos; unas combinadas con elementos verticales y horizontales, así como
capillas funerarias, las cuales están de manera individual o en pares (tumbas
gemelas); además de las majestuosas capillas funerarias, en las que sobresalen
sus acabados y cruces sepulcrales, éstas últimas en herrería, mampostería e
inclusive piedra, señala el documento elaborado por la arquitecta Dora Correa
Fuentes, encargada de la sección de Monumentos Históricos del INAH Colima.
ÁREAS PROTEGIDAS
Cintia Polanco Isáis, arquitecta de la
Sección de Monumentos Históricos del INAH, indica que en el panteón municipal
hay 66 tumbas históricas del Siglo XIX. “Hay más antiguas que se rescataron del
anterior cementerio que estaba por la Calzada Galván”.
El cementerio tiene una extensión de
15.5 hectáreas, y aproximadamente en una tercera parte hay áreas de restricción
porque ahí se encuentran los Monumentos Históricos, los cuales no pueden ser
alterados.
“El área del Cerrito es la más amplia,
pero ahí hay 19 tumbas, las demás están regadas en la primera y segunda sección
del panteón”, explica.
Las partes restringidas abarcan una
zona de la entrada principal y el panteón viejo, que incluye la parte conocida
como el Cerrito, en el cual, además de monumentos históricos, se encuentra un
basamento piramidal, por lo que hay protección arqueológica.
En el panteón nuevo, que se encuentra
en la entrada al camposanto, abarca la primera y segunda sección y la rotonda.
En ese espacio hay tumbas, capillas y lápidas con retablos fechados en el Siglo
XIX. “Aquí hay tumbas de mayor relevancia, unas las trajeron de Francia y aquí
las armaron”, comenta Polanco Isáis.
Puntualiza que las estructuras están
protegidas por la Ley Federal de Monumentos Históricos, por tanto no pueden
sufrir modificaciones, solamente se les pueden hacer trabajos de restauración.
Por los daños causados por el sismo
del 21 de enero de 2003, a través del Fondo Nacional de Desastres Naturales
(Fonden) y con recursos estatales, fueron restauradas todas las tumbas
históricas. Ahora, están pintadas en azul y rojo, colores que se utilizaron originalmente.
La supervisión de la obra estuvo a
cargo del arquitecto Fernando Macedo, quien tiene una Investigación de Maestría
del Panteón Municipal, y por tener registrados todos los daños de las tumbas,
ayudó mucho en el proceso de restauración. Desde entonces, no ha habido otro
programa de mantenimiento de las tumbas.
BASAMENTO PREHISPÁNICO
El Cerrito es un basamento piramidal,
no es un cerro natural; se encontró cuando realizaban la restauración, luego
del sismo de 2003, ya que unas tumbas presentaban hundimientos. “Se hicieron
pozos de excavación, y nos dimos cuenta que había lineamientos de piedras”, y
los arqueólogos verificaron que había enterramientos prehispánicos, precisa
Cintia Polanco.
En ese espacio hay muchos restos, por
tanto no se puede liberar el área, de tal forma que quedó restringida, con
protección arqueológica, “y a nosotros nos sirve porque ahí están las tumbas
históricas”.
Enfatiza que en el sitio no se pueden
hacer tumbas nuevas ni modificar las existentes, y por el basamento prehispánico
no pueden hacer excavaciones porque se destruirían los vestigios que se
encuentran en el subsuelo.
FALTA DE MANTENIIMIENTO
Polanco Isáis refiere que el principal
problema del panteón es la falta de mantenimiento, tanto del espacio como de
las tumbas.
Recuerda que se presentaba el problema
de falta de sucesores de las tumbas históricas, pero tras la rehabilitación, 18
personas acreditaron que ahí estaban sus familiares, unos se hicieron cargo del
mantenimiento, pero muchos no lo hicieron.
Considera que falta personal en el
camposanto, pues los enterradores se encargan también de la limpieza y tienen
mucho trabajo, “a veces tienen hasta cuatro, cinco entierros al día”. Otro de
los problemas es la saturación.
La tercera sección, que es el área más
nueva, es muy irregular, comenta Polanco Isáis, pues “como se empezó a utilizar
de emergencia, las calles no estuvieron bien trazadas y hay piedras (…) vas por
la calle y encuentras tumbas a medio pasillo, y también se invadieron
laterales, que son para área verde y circulación”.
REQUISITOS DE INTERVENCIÓN
Para intervenir una tumba en el
panteón, se debe tener el visto bueno del INAH, pues dependiendo de la zona,
hay restricciones. Se prohíbe, por ejemplo, la instalación de aluminio, “porque
algunas capillas se estaban volviendo casas, tenían puertas, ventanas, una
tenía aire acondicionado”, cuenta la especialista.
Tampoco se pueden colocar cristales,
espejos, pintura fosforescentes ni invadir el área de lateral y de circulación,
ni colocar recubrimientos cerámicos como vitropisos y azulejos.
No se pueden colocar cubiertas de
lámina o similares, porque se las roban; tampoco construir capillas en el área
del Cerrito ni en la zona inmediata, ni en la colindancia de tumbas catalogadas
como Monumentos Históricos.
El INAH estableció lineamientos para
la obra nueva: En las plataformas se puede poner recubrimiento natural o
similar a piedra, mármol o ladrillo rojo; se permiten retablos que tienen
elemento vertical, y las medias capillas que son la cabecera pero con muros,
para que queden abiertas.
Hay zona en donde sí se pueden hacer
capillas, previa presentación de proyectos ante el INAH, donde hay diseños con
tamaño y medida.
Todos estos requisitos van encaminados
a mantener el orden y el equilibrio en el Panteón Municipal, que alberga
Monumentos Históricos representativos.