El Río Colima
Domingo 02 de Agosto de 2020 6:57 am
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EN las faldas del Volcán de Colima nace un río de aguas cristalinas, el cual se va alimentando de pequeños manantiales que conforman su caudal, que atraviesa la ciudad capital, hasta unirse al Armería, es el Río Colima.
Es un afluente emblemático para Colima, y forma parte de la historia natural. Desde la época prehispánica hasta 1980 fue la principal fuente de agua de la ciudad y el punto en donde se desarrollaban las actividades importantes.
Actualmente, el río está poco contaminado básicamente por coliformes fecales, y sus zonas de inundación han sido invadidas por viviendas, ocasionando menor infiltración y que el agua circule con más fuerza causando inundaciones, señala la directora local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Tania Román Guzmán.
De acuerdo a fuentes del Archivo Histórico del Municipio de Colima, el Río Colima fue la principal fuente de obtención de agua para consumo humano y uso doméstico, además de los pozos rústicos y norias en las casas de la ciudad.
En 1886, era el factor principal de la industria de hilados y tejidos, y con el regaban innumerables huertas de palmeras y árboles frutales para la subsistencia de las familias. Conforme fueron desapareciendo las huertas se fueron convirtiendo en balnearios públicos como la Huerta de Álvarez, Las Escamillas y San Cayetano, que estuvieron abiertas hasta 1960.
A sus márgenes acudían mujeres a lavar la ropa de la familia, mientras que unos baños públicos brindaban el servicio de lavaderos. También existieron los baños de caballos, para ello construían un estanque dentro del cauce.
En los tiempos actuales, el Río Colima ya no abastece de agua a las huertas de la ciudad ni se utiliza para las labores domésticas, pero aún se puede ver escasamente a personas bañándose en las aguas y disfrutando de un día de campo en los márgenes. Sin embargo, es poco respetado por las personas, ya que en los márgenes se observan residuos orgánicos e inorgánicos, y quienes viven junto al río no respetan sus zonas de inundación, pues se observan patios y jardines casi en los cauces.
El río ofrece a las personas un clima más fresco y es un refugio para las aves, pues se pueden apreciar diferentes especies como garzas. También se pueden observar peces en el agua, cuando atraviesa la ciudad.
El Río Colima, a partir de su nacimiento cerca de la comunidad de El Naranjal, recorre más de 50 kilómetros para unirse al Río Armería. Durante su recorrido cruza la comunidad de El Chanal y las ciudades de Colima y Villa de Álvarez.
Entrevistada por Diario de Colima, Tania Román Guzmán explica que nace de pequeños manantiales y arroyos que van juntándose poco a poco formando el Río Verde, y que casi al entrar a la ciudad se convierte en el Río Colima. De acuerdo al índice de calidad de agua de la Conagua, este río está “poco contaminado”, básicamente por coliformes fecales, que pueden ser desde la presencia de ganado y basura orgánica, pues “no hay descargas al menos permitidas”, indica.
BASURA Y ESCOMBRO
La presencia de basura en el cauce es el “dolor de cabeza de todos los ríos”, no únicamente del Río Colima. “En la ciudad la gente tiene la manía de aventar las cosas a los arroyos, desde basura, escombros, etcétera. Eso lo contamina y es un problema recurrente casi en todos los ríos urbanos, es muy difícil mantenerlo limpio, mientras más acceso tenga la gente más lo ensucia”.
Otro problema es la cuenca del río que es muy ovalada, larga y estrecha, y aunque debería tener a su alrededor bosques, históricamente la gente ha invadido las zonas de inundación del arroyo. “Al rato tenemos de que ‘ay, me inundé, entró el río a mi casa’, pues es un sistema natural que tiene ciertos movimientos, fluctuaciones e incluso periodos de retornos de muchos años, entonces como puede llevar poquita agua en un tiempo o puede llevar muchísima agua en otro tiempo”.
Por ello, destaca la importancia el respetar las zonas federales, “porque los ríos no son estáticos, se están moviendo y mucha gente tiende a gustarle estar en las zonas federales, le tumba los árboles, lo quiere tener como jardín”.
Documentos históricos refieren que el río tenía un mayor caudal, que las cuencas se transforman dependiendo, primero de la cobertura forestal, y estando en la ciudad ya es menos el agua que se infiltra y más el agua que escurre. “Ya no es como cuando había bosque, que iba frenando poco a poco, y el río no iba vuelto loco con un montón de agua río abajo, sino poco a poco iba agarrando caudal más tranquilo, a pesar de que era más caudaloso tenía espacio para estar transitando, ahorita lo angostamos en unas partes y lo hacemos más feroz, entonces eso hace que se salga por un lado y por otro.
“Porque estamos provocando al no respetar su espacio y aparte estamos perforando mayor cantidad de pozos en la parte norte para la urbanización y esa demanda de agua también hace que muchos manantiales en la parte norte empiecen a mermar, entonces por eso en teoría el desarrollo no debería ir en términos de agua para arriba, porque estamos metiendo más presión a esos sistemas”.
Sobre el tiempo que podría durar este caudal, indica que el río tiene mucha vida, y tendría que haber procesos agresivos en la parte norte, para que tuviera severas afectaciones, por ello es necesario planear mejor los desarrollos urbanísticos para dejar más áreas de infiltración.
“Que podamos mantener el servicio de infiltración por las áreas verdes y mantener los ríos de agua un poco más naturalmente”. Señala que la naturaleza siempre recuerda por donde pasa el agua y “a lo mejor si tenemos un año muy seco, muchos años de sequía, pudiera darse el caso, pero afortunadamente la naturaleza también es resiliente y los sistemas vuelven, pero hay que darle su ayudadita para que mejoren”.
Por ello, dice que es necesario corregir varias cosas y aprender de los errores, “que estamos realizando con el parque del río que ya quedó en medio de la ciudad y se respeta de mejor manera la parte hidrológica en la zona norte, creo que no vamos a ver que ese río se seque”.
Refiere que una de las tareas de la Conagua es participar en los Consejos de Desarrollo Urbano y Territorial para dar una opinión técnica a las cuestiones urbanísticas, y también varios desarrolladores han tomado conciencia sobre el respeto al cauce. Además, considera importante el proyecto del Instituto de Planeación para el Municipio de Colima (IPCO) del parque lineal en este arroyo. Está siendo impulsado por este organismo, para tratar de rescatar ciertas áreas.
También es necesario terminar con la mentalidad de ir aguas arriba, “de seguir encajonándolo, sino permitirle sus áreas de inundación para que estemos seguros y el río tenga una función ecológica importante”.
Enfatiza que los ríos le sirven a la ciudad, pues la mantienen fresca, comunicada con el norte y sur, es un paso importante de fauna silvestre y refugios de animales. “Son sitios vivos que la ciudad debe valorar para que gane con la frescura, un espacio para que gente pueda disfrutar y no nada más tener puro concreto, nada de árboles y todo bien caluroso”.
Para la entidad, uno de sus ríos más icónicos es el Río Colima, porque toda la gente iba y confluía, incluso de ahí se abastecían de agua para muchos usos, “entonces no hay que darle la espalda a los ríos sino su ayudada, respetando los áreas y no tirándoles cuanta cosa”, refiere la bióloga.