Colimenses por el mundo: Destino
Domingo 16 de Enero de 2022 12:00 am
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HAY historias de vida que en algún punto parecen ser trazadas por el destino, y esta es una de ellas.
Claudia Corona Rodríguez nació en Colima, en nuestra capital, sin embargo, desde hace más de 20 años vive a miles y miles de kilómetros. Alemania es hoy su hogar y el de su familia, compuesta por su esposo Jürgen y sus hijos Stefan y Aliah. Esta es parte de su historia.
Nunca, ni siquiera remotamente se imaginó que viviría fuera de nuestro estado, mucho menos de nuestro país, por una sencilla razón: amaba Colima, pero además, en sus años estudiantiles había hecho un intento, que por cierto no funcionó, de radicar en Guadalajara, a donde se trasladó para concluir sus estudios, pero una vez titulada como Licenciada en Administración de Empresas Turísticas, decidió regresar a esta su tierra, convencida de que aquí se quedaría a vivir, no pudo estar más equivocada, la vida tenía otros planes para ella muy lejos de aquí.
Una vez inmersa en el ámbito laboral trabajó en una agencia de viajes llamada Avitesa, luego incursionó en Aeromar, empresa en la que llegó a obtener un cargo directivo en su división de Colima, lo que le permitió viajar por el mundo y conocer a su actual esposo, quien le recuerda siempre que tuvo que viajar cientos de kilómetros y cruzar el Atlántico para encontrarla.
Fue el amor lo que la llevó a Alemania, en donde a su llegada lo primero que la impresionó fueron las autopistas, esas carreteras modernas de muy amplios carriles con carros viajando a la velocidad que lo hacían. Recuerda también, en sus primeros días, la gran frustración que sentía cada que sintonizaba la radio y no podía entender absolutamente nada, pero pensaba que algún día entendería cada palabra que escuchaba y así fue. Hoy, que ya es ciudadana alemana, tiene un excelente dominio del idioma.
Debido al trabajo de su esposo, quien es ingeniero especializado en el área de autos eléctricos, han tenido que mudarse a varios lugares: Bad Dürkheim, Augsburg, Freiburg, Mömlingen, Sandersdorf-Brehna, Roding y ahora a Cham, una ciudad ubicada en Baviera, uno de los 16 estados de Alemania que limita con Austria y República Checa, del que su capital es la famosa Múnich, mundialmente conocida, entre otras cosas, por su festival anual de la cerveza llamado “Oktoberfest”.
Una de las bellezas naturales que más se disfruta en Cham, es la gran y marcada diferencia del paisaje con cada cambio de estación. Como al inicio del otoño que los árboles tiran sus hojas, los lugareños dicen que los árboles duermen, entonces el espectáculo se centra en el piso que, literalmente, se cubre de hojas en colores amarillo, ocre y naranja, convirtiendo la tierra en una enorme e impresionante alfombra natural; o en la primavera, que anuncia su llegada con miles de tallos de tulipanes y de tupidos árboles de cerezos y manzanas que así reciben esta alegre y colorida estación.
Y no es para menos el espectáculo que brinda cada año la naturaleza en esta lugar, pues Claudia y su familia viven justamente en la región en donde se encuentra el Bosque bávaro, que es un sistema montañoso convertido en parque nacional en 1970, por lo que es una reserva protegida de impresionante belleza, que cubre una superficie de más de 12 mil hectáreas y que constituye la mayor reserva forestal de Europa Central. Se entiende, pues, el orgullo que representa para los bavarios pertenecer a esta zona y por lo cual gustan de ser llamados “gente del bosque”.
Además de la moderna infraestructura con la que cuentan las ciudades, refiere que los alemanes son sumamente respetuosos y gentiles con los extranjeros, lo que se puede ver traducido en las políticas públicas que brinda el gobierno a través de los programas humanitarios, que son muy generosos especialmente con los asilados que llegan al país en busca de mejores oportunidades de vida. Otra de las cosas que la comunidad teutona valora, es el esfuerzo que hacen los extranjeros por aprender su idioma, lo que para ellos es una muestra de respeto por su país.
Claudia cuenta con orgullo cómo sus hijos recuerdan Colima, en especial los frijolitos con elote, el pozole y los sopitos que les preparaba la abuela, así como el centro de nuestra ciudad, sus portales y, como buenos visitantes, las paletas de la Villa. Ella hace memoria de ese Colima de ayer que dejó con gran nostalgia, y particularmente hay dos lugares que ocupan un sitio especial: los columpios del Jardín de San Francisco, a los que llegaba cuando regresaba de la Secundaria Enrique Corona Morfin; y el Jardín de San José, del que recuerda las kermeses que se realizaban con motivo en las fiestas del templo, con todos los puestos que se colocaban, especialmente los de pinole, ese polvito café hecho a base de maíz tostado, piloncillo y canela, que se vendía en conitos de papel estraza y que hoy al recordar el olor evoca esos inolvidables años de infancia.
No es nada fácil llegar a un país del que no se sabe el idioma y empezar desde cero, nada le ha sido gratis y todo ha implicado un sacrificio, como haber dejado su tierra natal y a los suyos, sin embargo, la familia de Jürgen la recibió con tal calidez, que al poco tiempo se convirtió en una de ellos. Ha sido un camino lleno de retos que hoy se compensa con el cobijo y amor de un esposo y sus hijos que le han dado sentido a su vida, que tienen mucho que ver con que se sienta en plenitud y agradecida con la vida por cada decisión tomada. Ahora reparte su tiempo entre su trabajo como cuidadora de adultos mayores, haciendo camping, senderismo y cultivando hortalizas en el invernadero que tiene en casa.
Y es así como transcurre la vida, a veces buscando y a veces sin hacerlo, cada quien localiza su lugar en el mundo. Claudia apostó por el amor y encontró en Alemania, lejísimos de las calles que la vieron crecer, su vida y destino y no se equivocó. Gracias por compartir parte de tu historia y gracias a Claudia Montero, mi enlace para este reportaje.
Aprovecho mi primera colaboración de este 2022 para desearles que de sus hogares nunca se ausente la salud, el amor y la alegría, especialmente a todos nuestros paisanos que están escribiendo su historia en alguna parte del mundo. ¡Feliz año Nuevo!
Si naciste en Colima, vives en el extranjero y deseas contar tu historia, escríbeme, me encantará compartirla.
nana_cortes@hotmail.com